La conciencia ecológica tiene sus bemoles. Trataré de explicarme. Nuestro sistema económico está basado en el consumo. Producimos para consumir y consumir, cuanto más consumimos, somos ricos, pudientes. Es signo de estatus social. Por Inés Arribillaga

Por lo tanto tenemos mucho de casi todo en el mejor de los casos y todo debe ser de última generación, modelo, sobre todo en tecnologías, autos, juegos, casas, electrodomésticos, muebles, indumentaria, viajes.

Simultáneamente, como en toda tendencia que exagera sus estándares, surgen movimientos opuestos al consumo: reciclado, sistemas constructivos con materiales no tradicionales, reutilización de desechos, nociones de peligro del ecosistema natural y con todo lo que significa despilfarro de energías, talas de bosques, contaminaciones y así.

De todo esto hay muchos programas, alertas verdes, cambios de paradigmas en lo que hace a tratamiento de recursos hídricos, conservación de reservas ecológicas, energías renovables, congresos, programas de RSE. Una nueva terminología viene a instalarse desde algunos grupos, científicos, vecinos, profesionales.

Y sufrimos desastres climatológicos, uno tras otro en todo el planeta todo el tiempo y amenazas de que se irán haciendo más frecuentes y más catastróficos.

Tenía a medio pensar este tema cuando sucede lo de las lluvias, acá, en plena ciudad de Buenos aires, en toda la provincia de BuenosAires con muchas más pérdidas de vidas y materiales de lo que ha pasado otras veces.

Me produce enojo, pena e indignación como a cualquiera de ustedes. Lo que me pregunto es qué hacemos con todo esto.

Hace tiempo ya, como muchas/os de ustedes, separo la basura que puede ser reciclada: bolsas de plástico y envases, vidrio y papeles/cartones. Y enorme la cantidad que se junta! Sin llegar a ser una gran consumidora de envases o plásticos, suelo reunir en pocas semanas una cantidad sorprendente… y  Si le sumara los desechos orgánicos…

Días pasados me hicieron una laaarga encuesta sobre el tema, supongo que con interés de hacer algun tipo de estudio en la ciudad de Buenos Aires. Bien, el problema es que la campaña de concientización carece de efecto porque no se educa en el tema a los vecinos y porque los containers que intentan servir pàra tal efecto, habitualmente están repletos y tengo la sospecha de que los tienen de adorno o de muestra publicitaria. Ninguno está disponible al menos cuando los quise utilizar: llenos hasta el tope. Entonces, en qué quedamos?

Me olvidaba, también junto desde hace años, en un envase de plástico las pilas usadas más la basura electrónica. Como medida chiquitita, insignificante casi trato de divulgar iniciativas sobre medio ambiente y reciclado. Le muestro a mi nietita por qué hay que juntar los residuos que se pueden reutilizar, le digo que el agua es muy importante y no la podemos despilfarrar y ella me pregunta… ya me vió darle una enorme cantidad a los cartoneros-recicladores que pasan por mi casa y que ellos las aceptaban!

¿Qué podemos hacer? Mi primera salida individual es limitar el consumo de cosas inútiles, llamar la atención a quienes tiran basura despreocupadamente en la calle, mirar reprobatoriamente al portero de enfrente que lava todos los días la vereda con el chorro de la manguera y está horas! tirando agua sin haber barrido aunque sea ni un cm2. No le compro más juguetes a mis nietos porque están abarrotados de chiches. Ya ven son estupideces,  de una señora un poquito rayada.

Las empresas no tienen interés de que comamos mejor ni los laboratorios de no producir drogas que nos envenenan, pero como hay una moda de «buenos empresarios» crean los programas de RSE que les sirva para estar a tono con una imagen aceptable. Cualquiera puede darse cuenta de esto. Tampoco tienen interés de dar trabajo sino que estarán muy preocupados de crear sistemas y máquinas que les ahorren personas, que ya se ha visto son las más problemáticas y caras!. Todo muy conocido por supuesto.

Pero los ciudadanos/as seguimos siendo grandes consumidores, siempre caemos en la trampa de tener el último modelo de lo que sea. No todos, es cierto, pero hay una mayoría aplastante. Además hacer negocios y muy rentables, es admirable, adoramos el éxito.

Me pregunto, ¿podemos hacer algo?
No quiero hablar de los políticos o empresarios para quejarme o despotricar, ya bastante hay de esto.
¿Podemos hacer algo?
Negarnos a seguir tirando y comprando cosas que no necesitamos o que no son imprescindibles, hablar con mi vecino que no tire todo junto, ser consecuentes con lo que decimos, exigir de nuestros gobernantes que cumplan con las leyes y disposiciones, estar atentos en nuestros lugares de trabajo o espacios para denunciar lo que no corresponde, negarnos a ser cómplices de lo que no se hace para «cuidarnos» las espaldas o el puesto. No silenciar nuestras voces, no trampear ni coimear para que nos dejen tranquilos.

Uy, sí hay mucho que podemos hacer, por algun lado tenemos que empezar.

Podrías ayudarme en estas propuestas? se te ocurren otras medidas más viables e importantes? Espero tus aportes.. Gracias.

Inés Arribillaga
Creadora y directora de Emprendedoras en Red.

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