Las cuotas alimentarias fijadas por ley para hijos e hijas de progenitores separados no pueden actualizarse ni indexarse salvo mediante eternas demandas judiciales. Es que la Ley de Convertibilidad todavía las ampara y son muchos los que se aprovechan para seguir pasando monedas sin que se haga visible esta violencia económica. Un proyecto de ley para modificar esto espera su turno para sesiones extraordinarias, igual que la paridad. Por Luciana Peker
No es que volvieron los noventa, el reinado de Domingo Cavallo en economía y el uno a uno. Es que, para las jefas de hogar, nunca se fueron. Crease o no la vieja y denostada Ley de Convertibilidad (23.928), que impide la indexación por variación de precios o costos, sigue vigente para las cuotas alimentarias que los padres -generalmente- tienen que pagar para el sustento de los hijos e hijas. La ley marca que no se pueden aggiornar las cuotas y, apenas, deja lugar al sendero judicial (tan esquivo a la equidad de género) para reactualizar los gastos infinitos en la crianza de chicas y chicos. Recién ahora y, todavía de manera no definitiva, avanza un proyecto para quitarle el candado de la norma menemista a las cuotas alimentarias y fijar un modo de actualización acorde a la inflación.