Según un estudio privado sobre el potencial para atraer el talento emprendedor femenino, Nueva York, San Francisco y Londres encabezan el listado. Pese a la reciente Ley del Emprendedor, ninguna ciudad Argentina figura todavía entre los 50 primeros puestos. por MARIA GABRIELA ENSINCK

Argentina, fuera del ranking de mejores ciudades para mujeres emprendedoras
Las mujeres representan más de la mitad de la matrícula universitaria y casi el 40% de la población económicamente activa (PEA). Sin embargo, ocupan menos del 20% de los cargos gerenciales en empresas y a la hora de emprender también están sub-representadas.

En la Argentina, la tasa de actividad emprendedora femenina fue del 13% el año pasado, contra un 22% de la masculina, según datos del GEM (Global Entrepreneurship Monitor).

A la hora de iniciar un negocio, el «ambiente emprendedor» del lugar donde viven suele tener una incidencia fundamental. Cuestiones normativas, culturales y de infraestructura pueden impulsar o dar por tierra el mejor proyecto.

Desde el 2016, Dell junto a IHS Markit analizan la capacidad de las ciudades para atraer y potenciar el crecimiento de las empresas creadas por mujeres. Según su Índice 2017 Women Entrepreneur Cities Nueva York se posicionó como la ciudad más atractiva para las emprendedoras. Le siguen San Francisco y su área metropolitana; en tercer Lugar Londres, y le siguen Boston y Estocolmo, entre las 50 principales.

No hay ninguna urbe latinoamericana en el top 10, y la primera que aparece es San Pablo en el puesto 40. Ciudad de México quedó tres posiciones por debajo, en tanto que Lima y Guadalajara se ubicaron en las posiciones 46 y 47, respectivamente. Por su parte, ninguna ciudad argentina formó parte del ranking.

El índice se realizó calificando a las ciudades según cinco categorías: acceso al capital, infraestructura tecnológica, talento, cultura y mercados. El objetivo del ranking es «proporcionar una herramienta de diagnóstico que ayude a los políticos a mejorar las condiciones para facilitar el éxito de negocios establecidos por mujeres», destacaron sus autores.

«Las mujeres empresarias podrían ser una fuerza poderosa en las economías de Latinoamérica», sostiene Susana Robles, a cargo del grupo de Financiamiento en Etapas Tempranas del FOMIN . Según el Reporte sobre el Desarrollo en el Mundo, elaborado por el Banco Mundial, «liberar el potencial emprendedor de las mujeres podría aumentar un 25% la productividad de los países latinoamericanos».

En varios países de la región, las mujeres emprendedoras se enfrentan a los típicos obstáculos y trabas culturales muy arraigados, como el estigma de que el rol de la mujer se encuentra solamente en la casa o el prejuicio de que no puede negociar o jugar duro. Otro de los obstáculos sensibles que enfrentan las mujeres es el acceso a los fondos que financien sus proyectos: un 60% obtiene el dinero de ahorros personales y aportes familiares, lo cual limita tanto los consejos profesionales como la expansión de negocio más allá del ámbito local. A esto se agrega el hecho de que los bancos normalmente tienden a financiar menos de un 20% de sus necesidades de negocios.

Las mujeres tienen mayor dificultad que los hombres para delegar y están menos dispuestas a tomar riesgos. Un ambiente más amigable con estas cuestiones de género podría allanarles el camino para concretar sus proyectos.

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